El café por sí solo no eleva los niveles de azúcar en sangre en adultos sanos, pero las bebidas de café azucaradas pueden afectar a los niveles de azúcar en sangre. Las personas con diabetes tienen que tener en cuenta riesgos diferentes y deben ser conscientes de cómo interactúa la cafeína con la insulina y qué papel desempeña el consumo de cafeína en el control de sus niveles de azúcar en sangre.
Diabetes Y Café: En este artículo, vamos a cubrir todo lo que necesita saber sobre el café, la cafeína y el azúcar en sangre para ayudarle a tomar decisiones informadas sobre su consumo de café y su dieta. Como siempre, debe consultar a su médico si le preocupa su salud o si está pensando en cambiar su dieta. El consejo médico profesional no tiene sustituto.
El café y los niveles de azúcar en sangre
Según la Clínica Mayo, el consumo de hasta dos tazas de 8 onzas de café al día no tiene ningún efecto apreciable sobre los niveles de azúcar en sangre en adultos sanos. Dos tazas de café normales contienen, de media, unos 280 miligramos de cafeína, una cantidad inferior a los 400 miligramos considerados seguros.
La Clínica Mayo también informa de que algunos estudios han hallado pruebas de que el consumo regular de café reduce el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2. Esos estudios atribuyen el efecto a una sustancia química que se encuentra en el café. Estos estudios atribuyen el efecto a los compuestos químicos del café y no a la cafeína, ya que tanto los consumidores de café con cafeína como los de café descafeinado mostraron la misma probabilidad menor de desarrollar diabetes tipo 2. Sin embargo, hay una advertencia.
Sin embargo, hay una advertencia. Para las personas diabéticas, beber café -o, más concretamente, consumir cafeína- puede alterar la función de la insulina y provocar cambios en los niveles de azúcar en sangre. Mientras que 400 miligramos de cafeína al día es el límite saludable recomendado para las personas sanas, se recomiendan 200 miligramos.
Cada persona es diferente, e incluso dos tazas de café de graduación media pueden ser problemáticas para los diabéticos. La opción más segura para los diabéticos es suprimir por completo el café o tomar sólo una taza pequeña al día. Pida a su médico recomendaciones personalizadas adaptadas a sus circunstancias específicas.
Cafeína, diabetes e insulina
Un estudio que examinaba la relación entre la cafeína, la insulina y el azúcar en sangre descubrió que las personas diabéticas que consumían aproximadamente la misma cantidad de cafeína que se obtendría tomando dos tazas de café presentaban más variabilidad en sus niveles de azúcar en sangre.
En concreto, el estudio dividió a los sujetos diabéticos en dos grupos, uno que tomaba dos pastillas de cafeína de 250 miligramos al día y otro un placebo. El grupo de las pastillas de cafeína tenía niveles de azúcar en sangre un 8% más altos que el grupo placebo en los días en que no tomaban las pastillas de cafeína.
La razón de este efecto es cómo la cafeína afecta a la sensibilidad natural del cuerpo a la insulina. El consumo de cafeína desencadena una cadena de reacciones químicas en el organismo que, en última instancia, hace que éste no procese el azúcar con la misma eficacia. El consumo de cafeína eleva los niveles de epinefrina, que reduce la producción de insulina.
La cafeína también bloquea la adenosina, una molécula que ayuda a regular la producción de insulina. La combinación de estos dos efectos significa que la cafeína reduce la capacidad del organismo para producir y regular los niveles de insulina, lo que indirectamente eleva el azúcar en sangre. Si sólo toma café de vez en cuando, los altibajos de la sensibilidad a la insulina en los días que no toma café hacen que los niveles de azúcar en sangre fluctúen, lo que dificulta el control y el tratamiento de la diabetes.
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¿El café descafeinado aumenta el azúcar en sangre?
La mayor parte del impacto que tiene el café en los niveles de azúcar en sangre procede de la cafeína, pero un estudio demostró un aumento agudo del azúcar en sangre tras tomar café descafeinado. El estudio concluye que beber café descafeinado aumenta los niveles de azúcar en sangre a corto plazo, pero en menor medida que beber café con cafeína.
En realidad, tomar tanto café normal como descafeinado puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes a largo plazo. El pico de azúcar en sangre a corto plazo parece ser un efecto transitorio y no cambia el hecho de que beber café puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes.
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Diabetes Y Café: Conclusión
En personas sanas, se ha demostrado que tomar café con cafeína y descafeinado reduce las probabilidades de desarrollar diabetes a largo plazo. Sin embargo, para las personas con diabetes, beber café con cafeína puede alterar la producción de insulina y reducir su sensibilidad, provocando un aumento de los niveles de azúcar en sangre de casi un 10%.
El café descafeinado provoca un aumento a corto plazo de los niveles de azúcar en sangre, aunque el incremento es menos drástico que el del café con cafeína. Si le preocupan sus niveles de azúcar en sangre y su relación con el consumo de café, consulte a su médico.
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